Ocurrió tras finalizar la sentencia de los acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa.
Conformidad y “un poco de paz” fueron los sentimientos que predominaron en Silvino y Graciela, así lo informaron ellos tras conocerse la condena de los ocho rugbiers.
“Perdonarlos es muy difícil. A mí me arrebataron un hijo que solamente había ido a divertirse. Mi hijo regresó pero en un cajón cerrado del que nunca más va a salir”, expresó la mujer pasadas las 19, casi seis horas después de haber escuchado la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, que condenó a prisión perpetua a cinco de los acusados y a 15 años de cárcel a los otros tres.
“Después de tanta espera durante tres años, escuchar el veredicto sonó muy fuerte cuando dijo perpetua. Sentí una emoción que también me dio un poco de paz en mi corazón porque sé quiénes fueron los que realmente asesinaron a mi hijo”, agregó.